miércoles, 6 de agosto de 2014

Un mundo sin abejas



¿Cómo sería un mundo sin abejas? Esta es la pregunta que muchos periódicos se plantean últimamente. Se lo cuestionan porque según varios estudios debido a los grandes monocultivos, los pesticidas, cambios del clima, enfermedades e incluso causas desconocidas, están empezando a desaparecer. Pero, ¿que consecuencias puede tener para nosotros?¿debemos preocuparnos por este fenómeno?


Las consecuencias que puede tener son muchas y ninguna es beneficiosa para nosotros. La primera, y creo que de las más graves, es que al desaparecer las abejas la polinización se reduciría considerablemente y esto conlleva a que el numero de plantas también disminuyese. Árboles, hierbas y arbustos reducen el CO2 del aire y sin ellas este aumentaría considerablemente acelerando así el calentamiento global.

Si tuviéramos que depender de una agricultura sin polinizadores, estaríamos listos. No todos los cultivos desaparecerían, porque los hay que se pueden gestionar de otras formas (autopolinización, polinización por pájaros, entre ellas), pero todas las fuentes coinciden en que la pérdida de diversidad y de calidad alimentaria sería tremenda. Las abejas, las flores y los frutos evolucionaron juntos hace decenas de millones de años, y no se puede destruir uno sin destrozar a los demás.

No solo afectaría a la agricultura, muchos materiales vienen de árboles (maderas, corcho, látex...) y la medicina depende también de muchas plantas de las que se extraen fármacos. El precio de todo lo procedente de lo vegetal se dispararía, pues hay mucha menos oferta y la polinización tendría un coste adicional. 

Muchos ecosistemas se verían afectados y causaría muchos estragos en la cadena alimenticia. Los herbívoros tendrían menos alimento y disminuiría el número de estos, los carnívoros también se reducirían en número y en conclusión sería un completo y absoluto caos.

Bueno, ¿y que podemos hacer nosotros para evitar este apocalipsis? Podemos empezar por controlar el uso de los pesticidas y fabricarlos para que no sean nocivos para las abejas, avispas, abejorros... Debería de dedicarse más dinero a investigación, para determinar las causas exactas de su desaparición y comprobar si las ondas de los móviles les afectan, como últimamente se ha estado especulando. También aumentar el número de apicultores, para así tener más controlado este fenómeno y poder criarlas y combatir su desaparición. 

En definitiva, tenemos muchas maneras de evitarlo, pero la cuestión es si se nos vamos a poner manos a la obra o por el contrario vamos a esperar hasta el último momento cuando ya sea demasiado tarde.

Sr. A

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